La elección de pareja constituye un proceso complejo en la formación de vínculos estables para satisfacer necesidades afectivas. Antes de embarcarnos en este camino, conocerse a uno mismo y disfrutar la soledad son fundamentales. El autoconocimiento nos capacita para comprender qué estamos dispuestos a compartir en una relación.
En este artículo, exploraremos los mecanismos biológicos, sociales y psicológicos, tanto conscientes como inconscientes, que influyen en esta elección, especialmente en términos de atracción sexual y emocional.
Hoy hablaremos de:
¿Y por qué buscamos pareja?
La elección de pareja tiene como fin último caminar hacia la unidad y el amor, dentro del contexto de diversas relaciones. No obstante, esta responsabilidad recae en cada individuo de manera personal y libre. La pareja actúa como un medio para facilitar el camino, no como un fin en sí mismo.
Una relación saludable posibilita la autoconciencia, permitiendo reconocer nuestra autenticidad en un entorno de libertad y aceptación.
La elección de pareja no es un acto aleatorio guiado por “química”, “atracción magnética” o caprichos divinos. Se fundamenta en factores psicosociales que determinan las bases de felicidad o insatisfacción en la relación. Las características personales, nivel socioeconómico, afinidades culturales, atributos físicos y valores son variables que influyen en esta elección. La comparación y el equilibrio de intercambios también juegan un papel crucial en el proceso, especialmente cuando existen diferencias significativas en aspectos como edad, nivel socioeconómico o educación.
Es esencial reconocer que cada experiencia de pareja es una oportunidad para aprender lecciones vitales, fomentar el crecimiento personal y sabiduría en nuestras relaciones. La elección consciente de una pareja idónea es una de las decisiones más trascendentales en la vida, no solo para nuestra propia felicidad, sino también para la de la futura familia que aspiramos formar.
Diversos autores concuerdan en que la pareja ideal debe cultivar cualidades como el sentido del humor, honestidad, actitud positiva, confianza, inteligencia y responsabilidad afectiva. Sin embargo, estas cualidades, por sí solas, no garantizan una relación perfecta. Además, es fundamental cómo nos hace sentir la relación y cómo contribuye a nuestro crecimiento personal.
De acuerdo con Sternberg (1989), psicólogo estadounidense, el amor es una de las emociones humanas más intensas y deseables. Su investigación en parejas reveló que aquellas que perduran a lo largo del tiempo comparten tres componentes esenciales: pasión, compromiso e intimidad. Estos elementos conforman el llamado “triángulo del amor“, cuya presencia define la pareja ideal.
¿Cómo elegir de manera consciente a nuestra pareja?
- Identifica patrones relacionales:
Observa detenidamente los patrones que tiendes a seguir al emparejarte. A menudo, nos encontramos repitiendo dinámicas pasadas sin siquiera ser conscientes de ello. ¿Buscas a personas que no están disponibles emocionalmente? ¿Tienes una tendencia a cuidar o curar a tus parejas? ¿Te sientes atraído por individuos autoritarios que limitan tu libertad? Reconocer estos patrones te permitirá tomar decisiones más conscientes y saludables.
- Reflexiona sobre tu infancia:
Nuestras relaciones actuales a menudo están influenciadas por nuestras experiencias pasadas, especialmente en la infancia. Tómate un tiempo para reflexionar sobre tus relaciones con figuras significativas en tu vida durante esa etapa. ¿Qué vínculos estableciste? ¿Hay algún trauma no resuelto que pueda estar afectando tus elecciones de pareja? Comprender estas conexiones puede arrojar luz sobre tus decisiones actuales.
- Amplía tus horizontes relacionales:
Es fácil quedar atrapado en patrones de atracción preestablecidos. Sin embargo, hay un mundo de posibilidades más allá de esos patrones. Explora diferentes tipos de personas y personalidades. Abre tu mente a individuos que no encajen en tus patrones habituales. Estas personas pueden sorprenderte gratamente y brindarte nuevas perspectivas y experiencias.
- Tómatelo con calma:
En las primeras etapas del enamoramiento, es común idealizar a la pareja y proyectar en ella nuestras expectativas y deseos inconscientes. Sin embargo, es importante recordar que nadie es perfecto y que llevará tiempo conocer a alguien en profundidad. Tómate tu tiempo para descubrir quiénes son realmente y si son compatibles contigo en diversos aspectos.
- Cuidado con las comparaciones:
Comparar a tu nueva pareja con relaciones anteriores puede ser contraproducente. No es necesario que una relación sea idéntica o opuesta a tu relación anterior para que sea exitosa. Cada persona es única y merece ser evaluada por sus propias cualidades y compatibilidad contigo. En lugar de enfocarte en similitudes o diferencias superficiales, concéntrate en cómo te sientes en su compañía y en si cumple con lo que buscas en una relación.
Tomar decisiones conscientes en la elección de pareja puede conducir a relaciones más satisfactorias y saludables, donde ambas partes puedan crecer y desarrollarse de manera positiva.
¿Por qué elegimos a veces a la persona equivocada?
Algunas veces, en nuestro camino hacia una relación amorosa, podemos caer en elecciones equivocadas por diversas razones. Estas incluyen:
- Estar con alguien por necesidad: La necesidad de compañía o temor a la soledad puede llevarnos a involucrarnos con personas que quizás no sean las más adecuadas para nosotros en términos de compatibilidad y bienestar emocional.
- El mito de la media naranja: El concepto de que necesitamos a alguien para “completarnos” puede hacernos elegir parejas basadas en la idea de que necesitamos que nos proporcionen lo que creemos que nos falta.
- Miedo a la falta de pareja estable: El temor a quedarnos solos puede llevarnos a conformarnos con relaciones insatisfactorias, solo para sentir que estamos cumpliendo con ciertas expectativas sociales o de edad.
- Baja autoestima: La autoimagen negativa puede impulsarnos a quedarnos en relaciones poco saludables porque creemos que no merecemos algo mejor. Pensamientos como “no encontraré a nadie más” o “no tengo nada que ofrecer” pueden influir en nuestras decisiones.
- Preferir lo familiar a lo bueno: A veces, elegimos parejas que replican patrones familiares o relaciones pasadas, incluso si estos patrones son disfuncionales. Nuestra historia emocional puede influir en las personas a las que nos sentimos atraídos, a veces sin ser conscientes de ello.
Claves para elegir a tu pareja ideal
Al momento de elegir a la pareja ideal, es fundamental considerar los siguientes principios:
- Claridad en tus valores: En la fase de enamoramiento, puede parecer que todo encaja a la perfección. Sin embargo, con el tiempo es crucial evaluar si tus valores son compatibles con los de tu pareja. Esto es esencial para una relación duradera y enriquecedora.
- Superar el miedo a la soledad: No permitas que el miedo a estar solo te lleve a tomar decisiones precipitadas en las relaciones. Evita la dependencia emocional y aprende a disfrutar de tu compañía, tanto estando solo como en pareja.
- Reducir necesidades inconscientes: Reconoce y trabaja en tus patrones inconscientes y necesidades no saludables que puedan influir en tus elecciones de pareja. La terapia puede ser una herramienta valiosa para lograrlo y tomar decisiones más conscientes.
- Desarrollo personal y autoestima: No busques que tu pareja sea el único motor de tu autoestima o desarrollo personal. Si bien pueden ser un apoyo, tu crecimiento debe ser intrínseco y complementario.
- Sincronizar ritmos de entrega: Aceptar que ambos tienen ritmos y formas de entrega diferentes es esencial. Busca la implicación y el compromiso mutuo que se ajuste a sus individualidades y necesidades.
- Reconocer tus necesidades y límites: Define tus necesidades y límites en una relación. Reconoce las cualidades que te hacen feliz y aquellas que pueden ser incompatibles con tus valores.
- Similitud antes que complementariedad: Aunque la complementariedad es valiosa, es más importante compartir similitudes en valores fundamentales. Esto reduce conflictos y brinda una base sólida para la convivencia.
- El momento adecuado: Evita saltar de una relación a otra sin darte tiempo para sanar y crecer. Espera hasta que estés emocionalmente disponible y en un buen lugar para construir una nueva relación.
- Gestionar diferencias antagónicas: Reconoce las diferencias fundamentales que pueden impactar tu proyecto de vida, como tener hijos o vivir en ciertos lugares. Estas diferencias deben abordarse de manera abierta y considerar su impacto a largo plazo.
En última instancia, la elección de pareja es un proceso intrincado que combina nuestra psicología, nuestras experiencias pasadas y nuestras aspiraciones futuras. Al reconocer la importancia de nuestras motivaciones conscientes e inconscientes, y al abrazar principios que fomenten la autenticidad, la comunicación y el respeto mutuo, estamos mejor equipados para tomar decisiones fundamentadas en la búsqueda de relaciones significativas y enriquecedoras. Al tomar el tiempo para conocernos a nosotros mismos y entender nuestras necesidades y deseos genuinos, estamos dando pasos hacia la creación de conexiones profundas y duraderas que pueden brindarnos un compañero de vida con quien compartir nuestro camino hacia el amor y la plenitud.
Gracias por llegar hasta el final de este artículo que fue escrito por Leydi, psicóloga especialista del Consultorio Psicológico María Paula, lo hice con cariño y entrega para ti, te dejo un video que te ayudará a reconocer como encontrar una pareja estable. Si te gustó, no olvides compartirnos y así llegar a más personas.