En este sentido, las habilidades sociales desempeñan un papel importante en el contexto del orgullo gay, ya que, como se mencionó anteriormente, el imaginario social puede afectar de manera desproporcionada a las personas que viven esta realidad. Es así como las habilidades sociales, definidas como el conjunto de conductas y hábitos observables que fomentan la comunicación, el respeto y las relaciones sociales sanas, favorecen las situaciones para cumplir los derechos propios y de los demás. En otras palabras, las habilidades sociales promueven la interacción entre las personas y contribuyen al bienestar emocional y mental tanto propio como de aquellos con quienes interactuamos.

Dentro del marco de las habilidades sociales, encontramos:

• Empatía: es la capacidad que nos permite ponernos en el lugar de otras personas, lo cual favorece la comprensión racional de sus emociones y sentimientos.
• Autocontrol: esta habilidad nos permite regular de manera adecuada los sentimientos y pensamientos que surgen en situaciones, de modo que podamos manejar los impulsos de manera apropiada y evitar conflictos o dañar a otros con nuestras acciones.
• Respeto: aunque se menciona con frecuencia, el respeto es un valor que a menudo se practica menos de lo esperado. Al respetar las opiniones y pensamientos de los demás, incluso cuando no estamos de acuerdo, se fomenta un intercambio de conocimientos que enriquece la interacción con los demás.
• Resolución de conflictos: esta habilidad permite identificar diversas alternativas de solución que eviten las agresiones, con el propósito de negociar dentro de una situación.
• Escucha activa: nunca sabemos cuándo una buena conversación y escuchar atentamente a la otra persona pueden ser un signo de interés y respeto significativos.
• Comunicación asertiva: expresar nuestro punto de vista de manera asertiva garantiza que contemos con las herramientas necesarias para transmitir el mensaje de la mejor manera posible sin afectar a la otra persona.

Al poner en práctica nuestras habilidades sociales y fortalecer nuestras capacidades de interacción, mejoramos nuestros procesos de socialización y brindamos un mejor apoyo a quienes nos rodean. Comprendemos que todos los seres humanos somos diferentes, pero lo más importante es que merecemos el mismo respeto. De esta manera, logramos establecer relaciones más saludables, interactuamos de manera asertiva y evitamos hacer daño a otras personas, quienes merecen vivir con la misma libertad que todos disfrutamos.

Además, evitamos la discriminación basada en la orientación sexual, pensamientos y sentimientos, dejando a un lado los estereotipos difundidos por ideas ajenas o propias que nos llevan a discriminar a ciertas comunidades. Así entendemos la importancia del trabajo personal en el desarrollo de nuestras habilidades sociales, contribuyendo así a la mejora de los derechos y deberes de todos los seres humanos en general. Reducimos el impacto mental y emocional en las comunidades que luchan diariamente por lograr aceptación y el reconocimiento de sus derechos y deberes como seres humanos.