En ocasiones sentimos que la vida no ha tomado el rumbo que esperábamos, nos frustramos, nos enojamos y sentimos que no estamos avanzando, que el cumplimiento de nuestras metas no nos están conduciendo al éxito y autorrealización que buscábamos, siendo este el camino que creíamos nos conduciría a la felicidad.
Es en ese momento en donde nos preguntamos: ¿soy feliz? ¿realmente sé lo que es ser feliz? e intentar darle respuesta a estas preguntas nos generan ansiedad, confusión, depresión y un sin número de emociones contrarias a la que buscábamos inicialmente.
Hoy hablaremos de:
¿Qué es la felicidad?
Es común escuchar a las personas hablar sobre la felicidad y con tantas definiciones a veces no nos ponemos de acuerdo haciendo de la felicidad un concepto completamente subjetivo, podríamos saber lo que es la felicidad, desde la filosofía, la ciencia, la psicología y lo cultural, existen varios significados, pero ¿Cuál de estas definiciones se ajusta más a nuestra perspectiva?
La RAE define la felicidad como un estado de satisfacción espiritual y física, lo cual se puede interpretar como la búsqueda de respuestas y apoyo basados en las creencias de cada individuo.
Quizás por esto la felicidad a nivel cultural la comprendemos como la obtención de un status económico y social que nos brinden lujos y comodidades pero ¿son realmente estos lujos y comodidades la mejor forma de asegurarnos la felicidad?
A lo largo de la historia hemos conocido casos en donde una persona con una estabilidad económica y un reconocimiento social por el que ha trabajado durante mucho tiempo es también quien tiene grandes vacíos emocionales y descubre que no es feliz a pesar de ello y es que socialmente hemos sido condicionados a elogios y reconocimientos una vez conseguimos bienes materiales que demuestran el poder adquisitivo como el resultado del arduo trabajo.
Entonces podemos pensar ¿es el esfuerzo lo que me da felicidad? ¿ Me he esforzado lo suficiente? En este sentido para Aristóteles la felicidad es un estado de plenitud al que se llega por el camino de la autorrealización lo que definía como Eudaimonia – florecimiento humano y la importancia de conocerse así mismo para saber qué es lo que quiere y la meta a la que quiere llegar.
En este sentido el psicólogo humanista Abraham Maslow plantea su teoría de la pirámide de las necesidades en la que divide en 5 las necesidades humanas siendo la autorrealización la necesidad final de todo ser humano una vez resueltas las necesidades anteriores.
Es decir, la psicología plantea la felicidad con base a las creencias, ideas y carga emocional de cada persona respecto de sus expectativas y formas de afrontar situaciones de vida, así que, lo primero, es reconocer nuestras necesidades, los valores, lo que importa, empezando a tomar acción y acercarse a ese estado de plenitud o felicidad único para cada persona.
Atención plena para ser feliz
Hoy en día la sociedad demanda situaciones en donde la inmediatez, el multitasking, el rendimiento y la individualidad son requisitos indispensables para desenvolverse a nivel laboral, personal y académico, esta sobredemanda de resultados nos llevan a experimentar ansiedad y estados de ánimo cambiantes.
Estos pueden influir en la percepción de las capacidades propias y nos distraen del momento presente, haciendo que ignoremos aspectos esenciales que en conjunto nos acercan a sentirnos plenos.
Es fundamental para la salud emocional poder reconocer los momentos tensionantes y saber cómo desconectarnos de esos pensamientos desencadenados por las emociones que estas situaciones traen consigo.
Existen herramientas que nos permiten entrenarnos para conseguir un estado de consciencia del aquí y el ahora dándole la importancia y protagonismo a los pequeños aspectos del día a día que al final representan la felicidad como un estilo de vida y no como una meta final.
Hormonas de la felicidad
Es sorprendente pero la felicidad ocurre por mensajeros que están en ti, en tu cerebro; así que, no necesitas gastar dinero para activarlas, acá encontrarás las que son clave para que tu estado de ánimo se sienta arriba.
● Endorfinas: Se encargan de la estimulación de las zonas cerebrales que producen placer. En situaciones de riesgo disminuye las sensaciones de dolor y ante la ausencia de la misma o niveles bajos induce síntomas depresivos y ansiosos. Entonces, las puedes activar por medio de realizar ejercicio, bailar o incluso por medio de alimentos dulces y picantes.
● Dopamina: Este neurotransmisor interviene en el funcionamiento cerebral para regular el estado de ánimo y la conducta, suministrando la sensación de bienestar y relajación, se relaciona con la motivación, por ende, nos ayuda a cumplir objetivos.
Por ejemplo, si realizas un trabajo o una actividad, piensas que no salió como esperabas y te felicitan, tu cerebro dejará fluir la dopamina, si por el contrario, esperabas una felicitación por algo que consideras hiciste muy bien y no lo recibes, disminuirán tus niveles de dopamina.
Así que, la puedes activar con ejercicio, sexo, yoga, meditación y colócate objetivos claros y realistas.
● Serotonina: Esta hormona brinda sensación de bienestar, satisfacción y relajación influyendo directamente en el humor y estado de ánimo, es la encargada de buscar el equilibrio, por lo cual, cuando hay poca serotonina, hay más síntomas de ansiedad o depresión.
Actívala, con comidas como pasta, huevo, arroz y salir a caminar, trotar o correr, en especial, en primeras horas del día.
● Oxitocina: La famosa hormona del “amor”, permite generar vínculos, sentir empatía hacía los demás y es que, disminuye la tensión arterial y el ritmo cardíaco y lo mejor, la puedes activar fácil, las caricias, abrazos, el compartir con mascotas o las personas que quieres, favorece tu salud mental.
Después de conocer como activar estas hormonas en ti, hablemos un poco de los hábitos que te ayudarán a generar en tu vida estas hormonas para lograr la felicidad.
Hábitos para ser feliz
● Realiza actividad física: La actividad física nos permite producir hormonas y sustancias cerebrales que contribuyen a sentirnos bien, además nos dan la sensación de bienestar físico y emocional, si se llevan a cabo al aire libre nos permite disfrutar de la naturaleza y el ambiente que este genera.
● Descubre actividades de interés: Cuando logramos identificar qué es eso que nos gusta, nuestra atención va a estar puesta en dicha actividad, lo que nos ayudará a alejar pensamientos de preocupación, estrés y desánimo.
● Establece metas a corto plazo: metas de cumplimiento inmediato nos permiten motivarnos y sentirnos bien con la idea de lograr objetivos a muy corto plazo, como arreglar esa ropa que lleva semanas esperando por ti, o lavar la loza que está en el lavaplatos.
● Háblate con amabilidad: sí, así como lo lees, en ocasiones somos nuestros mayores críticos y la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos influye en la manera en la que percibimos las situaciones.
● Agradece: Este es el hábito más importante ya que el agradecimiento es una forma de reconocer esos aspectos de la vida que nos permiten tener una visión más positiva del día a día, tener la capacidad de contemplar lo cotidiano como muestra de amor propio y reciprocidad ante lo que la vida nos regala.
Recuerda que todos los días podemos ser felices si aprendemos a disfrutar lo que tenemos y a dejar de desear lo que creemos que necesitamos.
Por esto es importante, reconocer cuales son tus valores, las cosas que te harían sentir las hormonas de la felicidad en el día y a día y empezar a actuar con base a lo quieres para tu vida. Si buscas fortalecerte a nivel personal o ampliar la información que aquí encuentras contáctanos para poder guiarte en esa maravillosa decisión de trabajar en ti y acercarte a TU felicidad.
Gracias por llegar hasta el final de este artículo que fue escrito por Mafe, psicóloga especialista del Consultorio Psicológico María Paula, lo hice con cariño y entrega para ti, te dejo un video para que profundices más sobre hábitos que pueden cambiar tu vida para acercarte a la felicidad que quieres.