Conociendo el “autismo”, trastorno del espectro autista

El 2 de abril se celebra el día internacional de la concientización sobre el trastorno del espectro Autista (TEA), debido a lo anterior este espacio queremos dedicarlo a comunicarte acerca de ¿Qué es un trastorno del espectro autista?, ¿Cuáles son las principales alertas en el desarrollo infantil temprano?

Con el objetivo de impulsar una búsqueda de ayuda oportuna y construir relaciones de respeto y empatía frente a este colectivo y sus seres queridos. Así mismo, deseamos que conozcas nuevas y esperanzadoras formas de intervención que facilitan la disminución del malestar emocional de las personas y sus familias.

Hoy hablaremos de:

¿Qué es un trastorno del espectro autista?

Una de las características principales de las personas con un Trastorno del Espectro Autista (TEA) se relaciona con el déficit en la comprensión y percepción de las emociones de los otros y de sí mismo, lo que comúnmente la gente llama empatía o la capacidad de ponerse en los zapatos del otro. Esta dificultad trae consigo dificultades en la expresión y gestión emocional, en la interacción social, en el desarrollo simbólico, y en el uso adecuado del lenguaje. (Maseda, 2013).

Así mismo, en el trastorno del espectro autista, hay dificultad en la capacidad de adaptarse, hacer una adecuada lectura del contexto social, la construcción de vínculos de confianza, la predicción de las conductas de las personas, entre otros. El déficit en la comprensión del mundo social y emocional, hace que las personas con TEA tengan problemas con entender la información que no es explicita como: la broma, la ironía y la metáfora.

A su vez, poseen pocas habilidades comunicativas como: la espera por los turnos, entendimiento de las necesidades y pedidos del otro; lo que hace que constantemente estén expuestos a un “fracaso social».

Este “fracaso social” sostenido puede hacer que las personas con un diagnóstico de trastorno del espectro autista tengan mayores niveles de ansiedad, por tanto, mayores dificultades en la regulación de sus emociones, desencadenando una labilidad emocional mucho más acentuada. Según López (2021) “las narraciones de las personas con TEA suelen convertirse en un continuado testimonio de sensaciones de frustración, desconcierto y confusión, pueden experimentar algunas de sus experiencias cotidianas como amenazantes”.

Desafortunadamente el “error social” ha contribuido a que la población haya construido ciertos mitos y creencias frente a la comunidad con trastorno del espectro autista, asociados, por ejemplo, a la carencia de emociones, a la imposibilidad de dar demostraciones de afecto en la comunicación con un otro; aspectos que han tenido un impacto en la forma en que la sociedad se ha relacionado y se relaciona con este colectivo.

Alertas en el desarrollo infantil temprano

Generalmente el diagnostico de los trastornos del espectro autista sea realiza de manera observacional a partir de comportamientos que van dándose en la infancia. Conocer las alertas favorece una intervención oportuna, propiciando apoyos del sistema de salud, de la comunidad y de la misma familia, lo cual genera la construcción de estrategias y habilidades en el niño y en el sistema social al que pertenece.

 

Antes de los 12 meses:

 

     

  • Escaso contacto visual.
  •       Falta de sonrisa social.
  •     Pocas manifestaciones de ansiedad al ser      cargado por un desconocido.
  •   No presentan anticipación de conductas,     como: estirar los brazos cuando lo van a     cargar.

 

 

Entre los 12 y 24 meses:

 

  •  Insuficiente balbuceo.
  •  Poco seguimiento visual.
  • Retraso en el desarrollo del lenguaje receptivo (reconocimiento de objetos) y expresivo (nombrar objetos).
  • No señalan objetos.
  • Falta de interés en otros niños.
  • No reaccionan al nombre.
  • No imitan gestos como el aplauso.

 

 

 

Después de los 36 meses:

Dificultades en la comunicación, en la interacción social, inflexibilidad cognitiva y conductual:

 

  • Falta de interés en las relaciones con otros niños y/o adultos.
  • Poca respuesta frente a las emociones que experimenta el otro, como la rabia o la tristeza.
  • Preferencia por juegos solitarios, poco contacto visual, o intención de comunicarse con otro.
  • Presentan una insistencia desmesurada a realizar las mismas actividades y rutinas, lo que los lleva a generar una resistencia y dificultad frente a los cambios.
  • Pueden presentar una sensibilidad mayor a ciertas texturas, olores, sonidos o sabores, y algunos patrones motores extraños como caminar en puntas.  
  • Trastornos del sueño.

  • Hiperactividad.

 

Después de los 36 meses:

Se presenta ausencia o retraso en la adquisición de habilidades de lenguaje:

 

  • Se presentan Ecolalias (repetición de palabras o frases).
  • La referencia a sí mismo como segunda o tercera persona.
  • Pueden aparecer retrocesos en la adquisición del lenguaje, por ejemplo, dejar de usar palabras de las que antes el niño o la niña hacían uso.

Impacto del desconocimiento de la población en colectivo TEA.

 

El desconocimiento de la población frente a la sintomatología y como experimentan las situaciones de la vida cotidiana la comunidad con un trastorno del espectro autista ha puesto a este colectivo en una situación de vulnerabilidad, estando más expuestos a ser víctimas de acoso escolar, acceso insuficiente a los programas de apoyo para inclusión del entorno educativo y la vida adulta, una precaria red de apoyo, una disminución en la construcción afectiva con vínculos de pares y una identidad poco valorada.

El 46% de las personas que han tenido un diagnóstico de trastorno del espectro autista han sufrido acoso escolar, mientras que la cifra de la población neurotípica es del 10%, es decir, hay un 30% más de esta tipología de maltrato en las personas con un diagnóstico TEA (Confederación de autismo en España, 2017).

En este mismo orden de ideas, las personas con un diagnóstico de TEA son más susceptibles de cursar con otros trastornos de salud mental, como: la ansiedad, la depresión, dificultades del sueño, alteraciones en la alimentación, el control de impulsos, entre otros; lo que se relaciona con un mayor riesgo de cometer suicidio (Confederación de Autismo España, 2017).

Intervención asistida con perros

“Reconoce que somos igual de extraños el uno para el otro, y que mi forma de ser no es simplemente una versión deteriorada de la tuya” Jim Sinclair (1992), entender el trastorno del espectro autista desde esa mirada facilita la creación de escenarios educativos, clínicos y sociales más eficaces, que favorezcan la disminución de la ansiedad, el fracaso social y los niveles de frustración de este colectivo.

Uno de los escenarios más potentes de intervención con las personas con diagnóstico de trastorno del espectro autista se encuentran las terapias asistidas con perros, hacen referencia a la introducción de un perro como recurso para potenciar en los usuarios la adquisición de nuevas habilidades: físicas, emocionales, cognitivas, y de lenguaje; favoreciendo la integración social, terapéutica y educativa de las personas; a partir de la interacción y vínculo entre la persona y el animal. (ISEP, 2020).

Las intervenciones que se han llevado a cabo en el ámbito de la psicología, han evidenciado que el vínculo entre el animal y el ser humano disminuye los niveles de ansiedad, aumenta la motivación, el alcance de objetivos terapéuticos en menor tiempo, adherencia al tratamiento, atención, hablar de traumas y situaciones de malestar emocional, entre otros aspectos.

Dentro de los estudios que se han hecho con personas con trastorno del espectro autista, quiero contarte que la inclusión de un perro ayuda a:

• La intención comunicativa debido a que en esta interacción se usa un nivel de códigos más simple, que en la comunicación humana.

• Aumento en las expresiones de alegría, contacto visual y búsqueda de contacto físico, orientadas hacia el animal.

• Disminución las emociones de rabia y ansiedad, las estereotipias (movimientos repetitivos) y ecolalias.

• Mejora los procesos atencionales, las habilidades sociales y adaptativas: la evitación sensorial.

• Aumento de la comunicación verbal.

• Aumento en el seguimiento de instrucciones dadas por el terapeuta.

• Favorece la disminución de la ansiedad facilitando el aumento en los comportamientos sociales y comunicativos: la sonrisa, la atención conjunta, los abrazos y el contacto visual.

• Mejores procesos de integración sensorial (contacto con nuevas texturas, elementos visuales y auditivos).

• Favorecen los sentimientos de seguridad y la autonomía, permiten que el niño o la niña logre realizar actividades con más confianza en espacios al aire libre.

• Aumento de los comportamientos de responsabilidad.

«El espectro autista es la prueba de que el amor no necesita palabras.»

El recorrido anterior facilita el reconocimiento de las dificultades que tiene este colectivo en la interacción social, lo cual permite que seamos más empáticos en el momento de relacionarnos con una persona con trastorno del espectro autista, sabemos también, que la presencia de un animal puede favorecer la disminución de la ansiedad y crea contextos apropiados para el aprendizaje de nuevas habilidades sociales. A su vez, conocer las alertas tempranas favorece una intervención oportuna. Sí reconoce alguna de estos signos en el desarrollo de sus hijos, en una persona cercana no dudes en contactar con el consultorio María Paula, sería un gusto poder acompañarlos en este proceso..

 

 

Gracias por llegar hasta el final de este artículo que fue escrito por Paula, psicóloga magíster del Consultorio Psicológico María Paula, lo hice con cariño y entrega para ti, te dejo un video para que profundices más sobre cómo las personas con diagnóstico del espectro autista pueden desarrollar un trastorno de ansiedad generalizado, debido al fracaso social que están expuestos. Si te gustó, no olvides compartirnos  y así llegar a más personas.

 

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